¿Tienes pensado darte de alta como autónomo y tienes muchas preguntas sin respuesta en tu cabeza? Es lógico que al principio estés en un mar de dudas. Al iniciar tu actividad en solitario como autónomo tendrás que aclararte sobre qué es el domicilio social y qué es el domicilio fiscal. ¿Es lo mismo? No, no tienen nada que ver. Por eso, en este post queremos aclararte cuáles son las diferencias.
En primer lugar, si hablamos de domicilio social este no es otro que el sitio donde vas a desarrollar tu actividad laboral. Cualquier persona que quiera contactarte, te podrá encontrar en esta dirección. Es, en resumen, donde administras y diriges tu empresa y llevas a cabo tu trabajo.
Al inscribir la sociedad, se indica en el Registro Mercantil el domicilio social que está destinado a dicha función. Dependiendo del domicilio fiscal, también aplicaremos una normativa de tipo estatal, autonómica o local y también se aclarará la ubicación para las reuniones de socios o del Consejo de Administración de la empresa. Los cambios de domicilio social, aprobados previamente por los socios, deben ser notificados en el modelo 036 de alta en Hacienda.
Aunque hay diferencias, en muchos casos coincide domicilio social y fiscal en la misma localización. Sin embargo, tienen utilidades bien diferentes. El domicilio fiscal marca la delegación tributaria a la que pertenece tu sociedad. En resumen, según dónde esté tu domicilio fiscal tendrás que responder a unas obligaciones tributarias u otras. Esta dirección es la que tiene la Seguridad Social en su haber para notificarte avisos y a través de esta localización seguirá los movimientos fiscales de la empresa. Otra gran diferencia entre domicilio social y fiscal, es que el domicilio fiscal no es público y no figura en los estatutos de la empresa. Al igual que el domicilio social, ante cualquier modificación del domicilio fiscal, debe notificarse en el modelo 036 de alta en Hacienda.