Primer paso superado. Has tenido una idea genial, has superado todos los obstáculos burocráticos y, por fin, puedes gritar a los cuatro vientos que ya tienes tu propio negocio. Ahora bien, ¿cómo vas a vender el productor? Antes de nada, deberás estudiar el target con el fin de conocer los criterios de compra que utiliza a la hora de adquirir un producto similar al tuyo.
Para que tu producto llegue a las manos del cliente existen numerosos canales de distribución. Debes estudiarlos bien antes de decidir qué camino seguir.
1. Montar tu propia tienda. Por regla general, esta es la primera opción que todo empresario se plantea. Previamente a montar tu propia tienda, deberás tener claro dónde ubicarla, la potencialidad de la zona y el número de tiendas. Valorar la capacidad de diferenciación respecto a tus competidores es fundamental antes de instalarte. Si no la tienes clara, es mejor buscar otra zona.
2. Distribuidores mayoristas. Como no todos los empresarios pueden fabricar, distribuir y vender al cliente final, existen otras opciones como por ejemplo vender tu producto a un mayorista que, a su vez, lo comercializa a otras tiendas. Su mayor ganancia es que facilitan la comercialización entre el productor y el minorista, por lo general, sin necesidad de procesarlos o tratarlos.
3. Canal minorista. Otra opción es vender el producto directamente al minorista que está en contacto con el cliente final. Si esto es lo que más te interesa, puedes hacerlo a través del minorista especializado o del no especializado. El primero es recomendable para productos industriales que se adquieren de manera ocasional, caso de los perfumes o cosméticos. Estos comercios suelen estar ubicados en el centro de la ciudad o centros comerciales, lo cual garantiza la presencia de clientes y, por tanto, su venta.